lunes, 3 de diciembre de 2012

EL PIONERO DEL 10


Una vez más, como cada año, llega el 3 de diciembre y a muchos nos viene a la memoria la figura de Fernando Martín, exjugador de baloncesto de Estudiantes, Real Madrid y Portland Trail Blazers. Medalla de plata con España en los JJ.OO. de Los Ángeles '84.

23 años han pasado ya desde que Fernando Martín sufriera un accidente de tráfico en la M-30 de Madrid y se fuera sin decir adiós. Sin dejarnos ver su última lucha encarnizada bajo el tablero. Sin dedicarnos esa última canasta que todo el mundo confiaba siempre en que Fernando anotase tras coger un rebote en ataque repleto de fuerza y carácter.
 
Martín, el pionero de nuestro baloncesto. El primer español (y apenas el segundo europeo no formado en universidad estadounidense) en entrar a formar parte oficialmente de una plantilla NBA. Un portento físico al que se le quedó pequeña España y Europa pero que quizá nació algo pronto para cruzar al otro lado del charco con garantías de éxito o, al menos, en igualdad de oportunidades para poder competir con los de allí.
 
No es de extrañar que allí, donde estaban y siguen estando acostumbrados a disfrutar de los mejores jugadores del universo de la canasta, Fernando Martín fuera en su día, sea hoy y siga siendo siempre un desconocido más que pasó por allí sin dejarles apenas huella. Pero para nosotros, sin embargo, fue el hermano mayor. El que abrió el camino. El que nos enseñó que se podía competir con aquellos raros hombrecillos a los que sólo teníamos oportunidad de ver jugar de madrugada, en diferido la mayoría de las veces y sin apenas entender cómo se podía llegar a saltar tan alto o a correr tan rápido.

Elegio en el draft por New Jersey Nets, fue finalmente Portland Trail Blazers quien le dió su oportunidad para jugar. Precisamente el equipo cuyo nombre traducido al español significa eso: precursor, pionero...

Martín jugó poco, es verdad. Se fue para aprender, como él mismo dijo. Sus números en la NBA no pasarán a la historia (24 partidos, 146 minutos disputados, 22 puntos y 28 rebotes), pero sin ellos lo que vino después quizá nunca hubiese podido ser.
 
Quizá nunca hubiésemos podido jugar a un videojuego de basket como aquel que salió en cassette para el Spectrum. Había que rebobinar para empezar a jugar.

Quizá nunca hubiésemos podido ver a José Antonio Montero y Roberto Dueñas ser drafteados aunque no llegasen a jugar nunca en la NBA.

Quizá nunca hubiésemos podido tener a Alberto Herreros un verano entero probando en Indiana con los Pacers para ser quien diera minutos de descanso al francotirador Reggie Miller.

Quizá nunca hubiésemos creído posible que Atlanta Hawks eligiese en el puesto nº 3 del draft a un tal Pau Gasol, ese mate brutal sobre Kevin Garnett, ser All-Star, el traspaso a Lakers, sus dos anillos de campeón... Y después ver a su hermano Marc dominar la liga desde el "center" vestido de Grizzlie en la tierra de Elvis.

Quizá nunca hubiésemos apostado por poder ver el gesto de José Antonio Calderón tras anotar de tres. El tirito de 5 metros sin saltar de Jorge Garbajosa. La mala suerte de Raúl López en sus rodillas al tratar de sustituir a John Stockton en Utah. La finura de Juan Carlos Navarro y su aventura personal en Memphis.

Quizá nunca hubiésemos disfrutado de la magia incomprendida de Sergio Rodríguez. Precisamente en Portland, en los Trail Blazers. Allí donde aún recuerdan a Rudy Fernández y su récord de triples como novato. Y donde pocos entendieron el homenaje de Rudy a Fernando en el concurso de mates de 2009, al quitarse su camiseta para mostrar una con el "10" y "Martín" a la espalda... Así, con la tilde sobre la "i", como él mismo pidió que lo escribieran para que todos supieran de dónde era.


Quizá nunca nos hubiéramos vuelto locos de atar con el impacto de Ricky Rubio en Minnesota, con su talento natural y con sus pases sin mirar.

Quizá nunca hubiésemos podido imaginar que llegaríamos a disfrutar de doce de los nuestros en esa liga. Desde Fernando hasta Víctor Claver que hoy, también en Portland, trata de abrirse camino entre los grandes. 
 
Seguramente alguno de nosotros no hubiésemos tenido un motivo más para elegir jugar al baloncesto con el "10" a la espalda. El "10" de Fernando. Ese con el que conquistó Portland y la gloria con la selección. El mismo que, desde que Fernando se fue, nunca nadie ha vuelto a vestir en el Real Madrid.
 
Os recomiendo sacar un rato para ver el reportaje que hace ya unos años emitió Teledeporte sobre este mito del basket patrio. Os dejo el enlace: