miércoles, 3 de octubre de 2012

GIGANTES DE LA RESISTENCIA

 
Me atrevería a decir que hay una generación - o quizá dos- cuyo primer contacto con el baloncesto se produjo un día al llegar a un quiosco y pedirle a su padre que le comprara por 175 pesetas - o 250 pesetas para los más jóvenes- una revista en cuya portada aparecían tipos altos con un balón en las manos.
 
"Gigantes del basket". También conocida después como "Gigantes del súperbasket" tras su fusión con "Súperbaket", otra mítica revista, ésta centrada en baloncesto NBA. Y siempre "Gigantes". A secas. Tal y como siempre nos hemos referido a ella los amantes del deporte de la canasta, desde que estábamos en el patio del colegio tratando de encestar bajo la lluvia hasta ahora cuando compartimos café e improvisada tertulia deportiva en el pasillo de la oficina por las mañanas.
 
Ha habido, hay y (ojalá) habrá otras revistas de baloncesto. Regulares, buenas e incluso muy buenas. De baloncesto patrio y europeo algunas. Otras más centradas en el mundo NBA. Pero ninguna de la longevidad y el misticismo que tiene y tendrá "Gigantes" para todos aquellos que nos contamos entre los cuarenta y los veintitantos.
 
Aún conservo algunos ejemplares de esta sacrosanta revista. No he contado el número pero pondría la mano en el fuego por apostar que son más de cien los que aún conservo ahí escondidos en el altillo del armario de la que fue mi habitación hasta no hace demasiado, habiendo conseguido sobrevivir a las ansias de reciclaje de mi santa madre.
 
Y ahora cien me parecen pocos, visto con la perspectiva del tiempo. Claro que, si le preguntan a mi madre, les dirá que son muchísimos, demasiados, que ocupan un espacio vital que necesita para guardar la vajilla de cuando se casó con mi padre y vivíamos de alquiler allá donde daba la vuelta el viento... Tengan por seguro que ignora que esos ejemplares siguen con vida, ocultos tras ropa premamá y películas en beta. Si se enterase, me juego una ronda a que no tardaría ni cinco minutos en levantarse y empezar a buscarlos frenéticamente para deshacerse de ellos ante mi imposibilidad actual para defenderlos a capa y espada debido a la distancia que me separa de ellos... 
 
Incalculable valor material y sentimental el que tiene para mí aquél primer número que me compró mi padre y con el que conseguí mi primer póster NBA. De Kevin Willis haciendo un gancho con su uniforme rojo de los Atlanta Hawks y su número 42 al pecho y en la espalda. ¡Qué mítico!Sólo imaginarlo y pongo la misma cara que estoy seguro hubiera puesto de haber estado en este mundo el día de la llegada del Hombre a la Luna...
 
Luego vinieron otros números sin los que la historia del baloncesto, español, europeo e incluso americano, no podría ser contada. La marcha de Fernando Martín a la NBA. Los fichajes de Petrovic y Sabonis por el Real Madrid. El sometimiento de la Jugoplastika de Split (luego llamado Pop 84) a toda Europa cual Carlo Magno en su mejor época. El prematuro adiós de "Magic" a las canchas. El Dream Team en los JJ.OO. de Barcelona ("Angolazo" incluido).  Los dos trienios del imperio Jordan. Los junior de oro y su conquista del mundo en Lisboa...
 
Tantos y tantos recuerdos e historias de toda una vida y del crecimiento exponencial de un deporte minoritario hasta lo que es hoy en día.
 
Por eso, ahora que los responsables de "Gigantes" acaban de anunciar que la publicación pasará de ser semanal a mensual, quería rendirle desde este humilde rincón un modesto homenaje a esta revista la cual es posible que (quizá, quién sabe, ni siquiera me había parado a pensarlo hasta el día de hoy) haya sido el germen no solo de mi pasión por el baloncesto sino de que, a mis taytantos veranos ya, me haya embarcado en esta aventura de escribir (a veces mejor y otras peor) y compartir mis ideas y opiniones con aquellos que tienen a bien sentarse de vez en cuando en este banquillo y dedicar un par de minutos de su preciado tiempo a leer lo que se me pasa por la cabeza, todo ello a costa de robarle horas al sueño y a exprimir el escaso y preciado tiempo libre del que dispongo entre semana.
 
Espero y deseo que los responsables de "Gigantes" sepan, puedan y quieran adaptarse a los tiempos actuales, difíciles en especial para la prensa escrita, y consigan resistir numantinamente y reflotar LA REVISTA de baloncesto por excelencia para que no desaparezca y para que, en un formato u otro, podamos seguir disfrutando de ella durante muchos años.