jueves, 28 de junio de 2012

DE PUTO AMO




Porque mañana nadie se va a acordar de lo bien que ha jugado Portugal a pesar de que casi no ha tirado entre palos.

Porque ahora me parece que tampoco nos han agobiado tanto en la primera hora de partido y que después, en la prórroga, nos los hemos meado.

Porque nadie va a hablar de las idas de olla de Pepe ni de la frase final de Cristiano. Porque no, no es una injusticia, Cristiano... Porque al fútbol se puede jugar bien, mal o regular pero sólo se gana metiendo más goles -o penaltis- que el contrario.

Porque tenemos una estrella y un par de cojones y quizá por eso mismo ya no nos acojonamos.



Porque todo es del color del cristal con el que uno lo mira y yo ya sólo sé mirarlo de rojo y gualda.

Porque del Bosque no tiene una flor en el culo sino un jardín entero en pleno esplendor primaveral. Porque si no, no es normal... Pero Iniesta, ¡mejor en el centro!

Porque ya me da igual el "9". Verdadero o falso.

Porque Xabi Alonso ya lo metió contra Francia y hoy... hoy no importaba ¿verdad? Porque íbamos sobrados.

Porque Piqué lo ha tirado de coña y Fábregas le ha cogido gusto a eso de pasar a la Historia. Ajustado al palo... y ha entrado.

Porque lo de Iker es de Santo.

Y porque no se puede tirar un penalty tan de sevillanas maneras, Sergio. Y menos después de haber tirado, no hace mucho, otro por todo lo alto. Porque decíamos de Pirlo pero lo tuyo, Ramos, es de puto amo...





¡Kalise para todos!

miércoles, 27 de junio de 2012

TIRAR LA PIEDRA Y ESCONDER LA MANO

Y es que no consigo entender a aquellos que se manifiestan como "anti" una determinada idea, sentimiento o emoción. Ya sean antimadridistas o antibarcelonistas, antiespañoles o anticatalanes. Por resumir y generalizar, vamos... 


Siempre me ha parecido más saludable estar a favor de las cosas en las que creo, siento y amo en lugar de estar en contra de aquellas que no comparto, cualquiera que sea mi motivo para ello. Siempre he creído que es mejor construir que destruir, vitorear que silbar, apoyar que criticar.


Pero es innegable que gente hay para todo, como dijo el torero, y que ejemplos cercanos nos sobran. El penúltimo el del señor Rosell y sus declaraciones obtusamente diseñadas de ayer al mediodía. Curiosamente ayer, víspera del partido de España. Casualidades de la vida... Rueda de prensa de balance de temporada. A 26 de junio... Gente sin complejos, ya se sabe.


Si no las han escuchado, les invito a que lo hagan aquí a través del enlace de los amigos de fichajesycracks.com. No tienen desperdicio. Un grandísimo mal chiste de autopropaganda y fanatismo cegador sin límite.


Cómo será la cosa que hasta última hora de la tarde de ayer el personaje fue trending topic en twitter, donde le estuvieron poniendo a caer de un burro hasta los culés de más rancio abolengo.

Verán, puedo entender que uno sea barcelonista acérrimo. Catalán hasta la médula. E incluso que sus aspiraciones políticas nacionalistas-separatistas le impidan ver el Sol. No me ofende, se lo aseguro. Siempre y cuando esas ideas sean defendidas desde el respeto a otras diferentes y hasta contrarias pero, en todo caso, tan legítimas como pueden ser aquellas.

Pero es que -parafraseando a mi admirado Fito- ya no sé si el Mundo está al revés o soy yo el que está cabeza abajo...
Porque sería mejor, sr. Rosell, que dijera que quiere que gane Portugal pero no que utilice subterfugios de clase b y diga con la boca pequeña "quiero que gane España, porque quiero que ganen los equipos en los que están los jugadores del Barça". Igual que hace dos años dijo usted aquello de "En una final España-Brasil, prefiero que gane el que mejor juegue".

Porque le aplaudiría, sr. Rosell, si criticase al Madrid por no esperar en la cancha del Palau la entrega del trofeo tras el quinto partido de la final pero me lo impide recordar que no hace mucho usted alentó a sus seguidores a pitar himnos propios o ajenos en otras finales y, por tanto, a no tener ese mismo respeto que usted ahora exige.
Porque me conmovería, sr. Rosell, su petición de un minuto de silencio por el pobre Miki Roqué pero me revuelve las tripas que utilice el recuerdo a ese pobre chaval para después arremeter con la conciencia tranquila contra todo lo que se mueve...

Porque puestos a decir disparates, sr. Rosell, mejor ir con todo y a calzón quitado que tirar la piedra y esconder la mano...

viernes, 22 de junio de 2012

AQUELLO QUE TE VOY A CONTAR


Esta noche he soñado que Francia nos ganaba.

Que Ribery corría la banda y la centraba. Sí..., que Benzema nos remataba. 

He soñado que Torres no la colaba y que, además, Iniesta se lesionaba.

Creo que mi subconsciente se ha contagiado de este ambiente de titular agorero que me ha llevado a pasar de cien a cero.

Pero me he despertado y he pensado. Que no hay que hacer caso ni a la crisis, ni al rescate ni al paro. Que hay que espantar las penas -que a todos nos acechan- pero que, si las he tenido, se me han olvidado.

Y es que he decidido que no te voy a contar que vi a Raúl un penalty fallar. Ni lo de que aquella falta de Platini en el 84 que no supimos atrapar.

Por el contrario, creo que aquello que te voy a contar es que yo vi a España ganar. La Euro y el Mundial.

Que hubo penaltis que sí conseguimos marcar. Y complejos de los que aquel día, por fin, nos pudimos liberar.



Que vi a Torres correr y marcar por encima de un alemán.

Que Suiza un mal trago nos hizo pasar. Pero que con dos goles a Honduras, Villa muchas bocas logró callar. Y que luego Chile no nos quiso atacar, por miedo a llevarse alguno más.

Creo que aquello que te voy a contar es que gracias a un león a Portugal conseguimos eliminar. Que un tal Reina supo adivinar -e Iker parar- el penalty de Paraguay. ¡Menuda carambola hubo que hacer después para pasar los cuartos de final!



Creo que aquello que te voy a contar es que Puyol saltó el muro alemán para llevarnos a la final.



Que sí, que es verdad. Que el tiki-taka existió en realidad. Y también que a Holanda vi pegar, pero no nos pudieron parar. Porque Iniesta marcó un gol para enmarcar. 

Sí, creo que aquello que te voy a contar es lo que esa estrella nos costó lograr, una de aquellas veces en que la vida nos dejó ganar...

viernes, 15 de junio de 2012

CERCA DE LAS ESTRELLAS

Anoche pude ver el documental que NBA TV ha hecho sobre el Dream Team. Se trata de un documental hecho con una calidad excepcional, un cariño desmedido hacia sus protagonistas y que cuenta con todas esas cosas en las que estos americanos son incomparables cuando se trata de "vender el producto".

Se lo recomiendo.



Al verlo entré en una especie de hipnosis regresiva que me hizo recordar por qué empecé a botar un balón naranja en el patio del colegio mientras mis amigos me miraban raro cada vez que marcaban un gol en la cancha de al lado.

Ver a Magic Johnson, Michael Jordan, Larry Bird, Charles Barkley y compañía compartiendo equipo me puso los pelos de punta en su día y lo sigue haciendo. Y me hizo recordar por qué desde entonces el baloncesto es algo que ha marcado y acompañado mi vida.


Recuerdo los madrugones en invierno para ir a jugar en canchas con tableros congelados y suelos resbaladizos creyendo que era el Forum de Inglewood o el Madison Square Garden de NYC. Recuerdo ponerme mi camiseta de tirantes tres tallas más grande, el pantalón corto a lo bañador turbo transalpino, subirme las medias hasta las rodillas, hincharme las Pump y lucir orgulloso el "10" en mi espalda. Recuerdo las discusiones sobre qué zapatillas corren más, si las Reebok o las Converse. Recuerdo las ruedas de calentamiento, la ilusión por salir de titular y a mi padre en la grada tan muerto de sueño como orgulloso de ese enano correteando con unas pintas propias de un episodio de El Príncipe de Bel-Air.  

Recuerdo quedarme despierto los viernes por la noche hasta tarde. Recuerdo la sintonía de "Cerca de las estrellas". Recuerdo a Ramón Trecet con su famoso "ding-dong" que nos acercaba a un mundo casi desconocido. Recuerdo sentirme como dicen que se sintieron aquellos que vieron llegar al Hombre a la Luna por primera vez.




Recuerdo a Charles Barkley coger el enésimo rebote de su vida y correr toda la cancha driblando contrarios hasta hacer un mate impensable a este lado del charco para alguien que no llegaba a los dos metros de estatura.

Recuerdo cuando Mullin cogió su fusil.

Recuerdo los dos títulos consecutivos de Christian Laettner con Duke en la NCAA y su tiro a media vuelta para ganar sobre la bocina.

Recuerdo a Stockton y Malone, haciendo el "tuya-mía" una y otra vez para los Jazz.

Recuerdo a Clyde Drexler anotar y anotar intentando no perder la estela del nº 23.

Recuerdo a Scottie Pippen subiendo el balón como si midiera 1,80 y levantándose una y otra vez, tantas como los Pistons le tiraban al parqué.

Recuerdo a Patrick Ewing reinando en su Madison Square Garden aunque sus Knicks nunca ganasen el campeonato.

Recuerdo a David Robinson y su mate a dos manos tras reverso.

Recuerdo a Larry Bird. Su nº 33. Cómo le odiaba. Recuerdo su maldito tiro de tres sin saltar, tan característico de él... 

Recuerdo a Michael Jordan, sus posters en mi habitación, su primer anillo, su canasta con rectificado imposible en el aire contra mis Lakers, sus tiros sobre la bocina, sus saltos ingrávidos y su instinto de killer sin piedad alguna...

Recuerdo sobre todo la sonrisa de Magic, sus pases sin mirar, cómo corría el contraataque frente a lo que a mí me decían que era el glamour de L.A., el Forum de Inglewood, el oro y púrpura de los Lakers por doquier, el vértigo del Showtime. Recuerdo su retirada, su vuelta. Su All-Star de Orlando en la primavera del '92, su triple sobre Isiah Thomas para ganar el partido...




Recuerdo imitar a todos ellos, querer ser como ellos, jugar como ellos y algún día jugar donde ellos lo hacían...

Recuerdo el verano del 92. Recuerdo a mis padres no entender qué me pasa. Pensar que algo que ellos ignoran me retiene en casa en lugar de estar haciendo el cabra en la piscina con mi hermana y demás chavalería a la que se oye gritar a lo lejos.

Recuerdo el partido contra Angola, el codazo de Barkley a un contrario. Recuerdo a Tomás Jofresa marcando a Jordan. Recuerdo a Epi abrazado con Magic. Recuerdo la final contra Croacia, la voracidad del Dream Team, la clase y el talento innato de Toni Kukoc y Dino Radja. Recuerdo a Jordan intentando frenar a Petrovic...

 

Recuerdo y recuerdo y ahora entiendo.

Entiendo el "fade-away" de Nowitzki.

Entiendo el manejo de balón de Parker.

Entiendo el tiro infalible de Ginobili.

Entiendo el gesto de Calderón tras triple.

Entiendo el mate in-your-face de Rudy ante Howard en los JJ.OO. de Pekín.

Entiendo el uniforme púrpura y oro de Gasol, sus dos anillos de campeón... 

Entiendo que ellos, al igual que yo, soñaron un día con estar cerca de las estrellas. 



martes, 12 de junio de 2012

SOSPECHOSOS HABITUALES

No, no voy a hacer ahora una sinopsis de la película de Bryan Singer ni a recrearme en la profunda carga filosófica de una de las mejores frases de cine que he escuchado, la del personaje de Kevin Spacey, Keyser Söze: "El mejor truco que el diablo inventó fue convencer al mundo de que no existía."

Me refiero a otros sospechosos que resultan ya habituales por lo repetitivo de su comportamiento. Los que ayer intentaron convencernos a todos de ver lo blanco negro. O al revés, como ustedes prefieran. Convendrán conmigo en que el oscurantismo y la indefinición benefician siempre al que tiene poder, al que manda, al que decide. Y la falta de un procedimiento preestablecido para tomar decisiones invita a tomarlas con base en el exclusivo y muy personal criterio de cada uno, valorando lo acontecido y adoptando la decisión a tomar en consecuencia bajo el influjo de su naturaleza humana tan condicionada por sus pasiones, presiones, fobias y manías...

No pretendo erradicar el subjetivismo de las decisiones u opiniones de los demás, faltaría más. Conllevaría erradicarlo de las mías propias y eso es algo por lo que no estoy dispuesto a pasar. Pero sí me gustaría poder saber de antemano con qué reglas juego para poder decidir libremente si tomo parte o no en la partida.

Todos presenciamos anoche la agresión (si me apuran, doble agresión) perpetrada por Pete Mickeal, jugador del F.C. Barcelona, en el tercer partido de la final de la Liga Endesa que enfrenta a su club ante el Real Madrid. Si no vieron, les invito a hacerlo ahora:


Como ven, Pete Mickeal propinó un "correcto" puñetazo a Velickovic en la cara. No contento con ello, luego se revolvió contra otro jugador madridista, Carlos Suárez. Digo "como ven", aunque a lo mejor ustedes no lo ven.

Así mejor, quizá, ¿verdad?



No es que dude de su visión, es que ayer 3 árbitros no lo vieron. O peor aún, no quisieron verlo.

Pensando bien, es posible (aunque poco probable) que ninguno de los tres lo viera... Pensando mal, llegamos a donde ustedes quieran, evidentemente...

Aunque pensemos bien y confiemos en el buen hacer de los árbitros, deberíamos reflexionar sobre ello. Tratar de evitar que cosas así vuelvan a suceder. Ya sé que pensarán que en fútbol es igual o peor... Las comparaciones son odiosas y más en este caso. Pero flaco favor le hacemos a este deporte del baloncesto - que necesita de promoción, pasión y grandes partidos para ganar adeptos en este país- si no ponemos fin a la impunidad en las agresiones, sean del color de camiseta que sean, escudándonos en que en todos sitios cuecen habas. 

Como mi amigo con el que estaba viendo ayer el partido cerveza en mano que piensa que, si esto mismo hubiese sucedido en un partido de los Lakers (mi amigo sabe dónde darme para que escueza...), los árbitros también habrían hecho la vista gorda porque siempre evitan enemistarse con los equipos "grandes".

Obvié su ataque frontal a mi corazón púrpura y oro y no quise entrar a discutir sobre el concepto de equipo grande que se tiene a uno y otro lado del charco, aunque sí traté de convencerle de que estaba en un error. No por forofismo sino por conocimiento empírico reciente. Soy de los que prefiero fijarme en otros ejemplos de donde creo podemos aprender. Observen a lo que me refiero: 



   


Como ven, hace pocas semanas en un partido de playoff entre Los Ángeles Lakers y Oklahoma City Thunder, Ron Artest (irónicamente autodenominado ahora Metta World Peace) agredió salvajemente a James Harden. En un principio los árbitros no se percataron de nada o no apreciaron la intencionalidad de los hechos. Incluso uno de ellos conversa tranquilamente con el propio Artest para saber de primera mano qué ha sucedido. Después, a pesar de todo, acudieron a la tecnología existente, revisaron el vídeo y sancionaron debidamente al jugador con la expulsión del partido. La NBA hizo el resto y sancionó a Artest con un partido de suspensión por actitudes violentas. Nadie dudó acerca de la imparcialidad de los árbitros ni los aficionados y jugadores de los Lakers creyeron ser tratados injustamente...


domingo, 10 de junio de 2012

EXPERIMENTOS SIN GASEOSA

"No sorprendería ver a Cesc jugando de "falso 9" pero no creo que eso suceda en el primer partido del torneo. Sería matar la moral de tus tres delanteros a las primeras de cambio."

Es el comentario que incluía hace unos días en mis reflexiones previas sobre la selección española de cara a la Euro 2012. Lamentablemente, del Bosque ha creído conveniente hacer experimentos sin usar para ello la consabida gaseosa, innovar y sorprender a Italia y a casi todos los demás al alinear a Fábregas como lo que se ha venido a llamar desde hace ya algún tiempo "falso 9".



El experimento no funcionó. Italia dominaba el partido en todas las zonas del campo. España se estrellaba con su juego de toque imposible contra  la defensa Italiana. Una defensa adelantada, presión en mediocampo y dos delanteros (Balotelli y Cassano, que quizá debieron haber adelantado antes a los azzurri) bastaron para anular el talento patrio.

Casillas reclama más apoyos defensivos tras detener un disparo de Cassano.


Balotelli la tuvo en sus botas gracias a un error de Ramos pero la desaprovechó. Su cambio por di Natale no nos gustó ni al propio Balotelli ni a mí. Apuntaba mal para los intereses de España y así fue.

Di Natale bate a Casillas con un disparo cruzado.


0-1 y a tirar de épica. La jugada mejor trenzada y casi la única de España en 3/4 de campo llevó a Fábregas a anotar. Luego Torres, en su primera ocasión, no estuvo tan espabilado como Buffon (¡qué porterazo! por lo de hoy y por lo de siempre), pecó de lentitud en la segunda y de exceso de fuerza en su intento de globo sobre la meta italiana en la tercera. Eso sí, quizá si hubiera estado de inicio habría provocado 3 o 4 ocasiones más y alguna hubiera ido "para adentro"...

Otra imagen del gol de Cesc.

Sorprende la decisión de del Bosque. No ya porque reste moral a sus delanteros (más aún), no ya porque Prandelli le "leyese" la jugada desde el vestuario y le pegara un baño en posesión de balón y dominio del tempo del partido (no nos engañemos, del Bosque nunca ha sido un dechado de virtudes tácticas y estratégicas) sino sobre todo porque, con su decisión, del Bosque ha conseguido enviar un mensaje al resto de selecciones participantes en la Euro 2012. El mensaje de que la estrella que España luce en su pecho, justo encima del escudo nacional, es vulnerable y se le puede arrebatar con presión y despliegue físico.

España es hoy menos favorita que ayer para ganar este campeonato, sus (supuestos) goleadores tienen menos confianza en sí mismos y Europa ha visto que España ya no sabe o no puede bordar el fútbol como lo hizo en aquella ya lejana semifinal de 2008 ante Rusia, probablemente el cénit del juego de toque y desmarque español.

El próximo episodio será contra Irlanda que, visto lo visto frente a Croacia, debería ser la víctima propiciatoria para recobrar cierta confianza y buen juego.

Ojalá del Bosque vuelva en sí, recupere su segundo plano habitual y se limite a alinear con sentido común. Todos se lo agradeceríamos con fervor.
  

jueves, 7 de junio de 2012

NO HAY DOS SIN TRES

Una aventura tan grande como la vida misma.

Así reza el subtítulo de Big Fish, una de las películas quizá menos conocidas de Tim Burton, el genio de Burbank, California. 

En realidad no soy muy fan de Burton y sus películas. La mayoría me parecen desmesuradamente exageradas, racionalmente irracionales e incluso histriónicamente histriónicas. Reflejo de la personalidad de su autor, quizá. Pero adoro Big Fish, no lo puedo negar. 



¿Han tenido la oportunidad de verla? Yo dos veces. Nada más. Voluntad propia. Ya saben, no conviene abusar de las buenas fragancias. De lo contrario, uno deja de apreciar su verdadero aroma. 

Me la recomendaron hace ya algunos años. Me la compré en dvd y la vi en casa. Yo solo. Menos mal. Qué llantina, oigan... Me emocioné, lo reconozco. Me prometí a mí mismo que pasaría mucho tiempo antes de volver a verla de nuevo. No por vergüenza, a uno cada vez le va quedando menos de eso, sino  por preservar el recuerdo puro de la primera vez. Ustedes saben de lo que les hablo, estoy seguro.

Hoy he roto mi promesa y la he vuelto a ver. Culpen al enésimo anuncio con que estos días nos bombardean sin descanso en prensa escrita, radio y televisión anunciando la posibilidad de un nuevo éxito de nuestra querida selección nacional de fútbol. Esta vez en la Eurocopa, otrora denominada Copa de Europa de naciones. No hay dos sin tres, dicen...



El problema está en que aquí y allá nos mezclan imágenes de la Eurocopa 2008 y del Mundial de Sudáfrica y uno no puede evitar volver a emocionarse. Lo de Austria estuvo bien pero lo de Sudáfrica... Qué me dicen? Insuperable. Uno revive aquel cada vez más lejano ya 11 de julio de 2010 y le vienen a la cabeza multitud de recuerdos. Y, qué recuerdos, ¿verdad? Vuvuzelas, Holanda, De Jong, Alonso, patada en el pecho, Howard Webb, Robben, Casillas, tobillo, uyyyy, Iniesta, Iniesta, Iniessssta de mi vida -que diría Camacho-... Gol, goool, goooooooooooool!  

Uno recuerda ese día y sus sensaciones como si hubiera ocurrido ayer mismo: ilusión, emoción, pasión, desenfreno, dosis de incredulidad... Sueño cumplido. La catarsis de los españolitos, pasando de eternos ateos abdicantes sin remedio de nuestra nacional futbolística a fervientes creyentes de lo rojigualda. Sí, señor, ya era hora. El peso de varias generaciones frustradas por innumerables sinsabores patrios e ilusiones tiradas a la basura en sucesivas malditas rondas de cuartos de final, puntos de penalty coreanos injustos, Julios Salinas vs. Robertos Baggio, Cardeñosas al muñeco y maldiciones varias de país anfitrión... Todas erradicadas en 120 minutos de invierno austral gracias a un gol de un chico de Albacete, oigan. Don Quijote estaría henchido de orgullo, sin duda. Sus temidos molinos cayeron finalmente, vaya si cayeron. ¡Pica en Flandes!



Similar catarsis experimenté al ver por primera vez la película que les comento. Hoy no ha sido para menos, no he podido evitarlo. La llantina menor, eso sí, que uno va cumpliendo veranos y se le va agriando el carácter. Pero Burton me ha vuelto a engañar. Me ha hecho acompañar de nuevo a su personaje en su viaje desde el más puro de los racionalismos (ese que nos impide creer en los Reyes Magos y por culpa del cual creíamos que nuestros ojos nunca verían a España ganar un Mundial de fútbol) hasta el más dulce de los ensueños (que nos permite creer a pies juntillas y sin lugar a la duda que las 500 pesetas que uno se encuentra debajo de su almohada un buen día al despertarse se las ha permutado un ratón de cuento a cambio su muy preciado diente de leche). He vuelto a saborear la ingenuidad de la infancia, qué carajo. Qué bonito volver a creer por un instante que todo puede convertirse en realidad en esta vida si llegas a desearlo lo suficiente...

No sé si este verano volveré a experimentar algo similar a lo de aquel 11 de julio de 2010 o si este país volverá a desearlo lo suficiente como para que se haga realidad. Lo dudo. Por si acaso no me separaré demasiado durante estos días de mi dvd y de mi película favorita de Burton no vaya a ser que tenga que echar mano de ella antes de tiempo. Al fin y al cabo parece que, por una u otra razón, estoy condenado a hacer cumplir aquello de "no hay dos sin tres"...




lunes, 4 de junio de 2012

PROFETA EN TU TIERRA

"Nadie es profeta en su tierra". Nunca he sabido a ciencia cierta si esta frase hecha que todos escuchamos de manera habitual en nuestro día a día encierra una justificación del comportamiento social ante el éxito del prójimo o una critica (¿velada?) al potencial "profeta".

El pasado jueves a mediodía tuve el enésimo ejemplo de aplicación práctica del sabio refranero castellano. Cogí un taxi para desplazarme hasta la Plaza de la Independencia de Madrid. El tráfico y la actividad, tanto laboral como ociosa, en la calle Serrano (es increíble cómo están abarrotados los comercios a las 12 de la mañana de un jueves...) estaban en hora punta. Se me ocurrió darle conversación al taxista y comentarle que era posible que el atasco se debiera en parte a la presencia de Fernando Alonso (y de Marc Gené) en la inauguración de la tienda Ferrari del número 6 de la calle Serrano... No debí hacerlo.

Al taxista pareció ofenderle que Alonso estuviera en Madrid y que inaugurase una tienda de "su" escudería.



Estaba hablando con un "ferrarista de toda la vida", según me hizo saber, y yo sin saberlo... Sin ánimo de ofender, pregunté qué le parecía mal de Alonso. Mi respuesta fue que "Alonso es uno más, pero se cree Dios", "va de flipao (sic) pero no gana una mierda", "no le llega a Schumacher ni a la suela de los zapatos", y "mi cuñao (sic) que es comisario del RACE me dice que siempre que estaba Alonso en una carrera se liaba parda, es muy guarro conduciendo...".

Osea, sintetizando: que Alonso no mola porque se cree Dios, no gana y es agresivo.

Veamos si los datos dan la razón a la sólida argumentación del amigo taxista:

1. Alonso se cree Dios: bueno, Alonso es uno de los 3 únicos pilotos españoles que ha hecho podio en F1, junto con Alfonso de Portago y Pedro de la Rosa, siendo Alonso el único que ha logrado victorias.



Hombre no digo yo que sea para creerse lo mejor que le ha pasado a la Humanidad desde Gandhi pero parece que el chaval es "alguien" en esto de la F1 y más en este nuestro país, y si no que se lo pregunten a Telecinco, laSexta y Antena3 y a los pobres seguidores de F1 que antes de Alonso teníamos que rezar para que TVE retransmitiera la carrera desde la salida y no ya empezada...

2. Alonso no gana: la estadística dice que Alonso es el quinto piloto de la Historia con mayor número de victorias (28). Sólo le superan Schumacher (91), Prost (51), Senna (41) y Mansell (31). Unos cualquiera, vamos... En 183 carreras en 9 temporadas en F1 ha logrado 76 podios y siempre ha superado a su compañero de equipo, excepto en 3 ocasiones: en Minardi en su debut en 2001, cuando ni él ni ninguno de sus dos compañeros pudieron puntuar; en 2004 cuando, durante el periodo en el que compartió escudería con Jarno Trulli (carreras 1ª a la 15ª), el italiano le superó por un solo punto, y en McLaren en 2007 cuando él y Lewis Hamilton lograron los mismos puntos. En total, ha logrado 2 campeonatos, 1 subcampeonato, 1 tercer puesto y 2 cuartos puestos en F1 en sus 9 temporadas.






















Parece que algo ha ganado... No como Schumacher claro, pero quizá cuando Alonso (31) tenga la edad de Schumacher (43) y lleve tantos años en Ferrari como estuvo el Kaiser podamos comparar mejor. Schumacher se incorporó a Ferrari en 1996 y no ganó el mundial hasta 2000. Ah, y llegó con dos mundiales ya ganados con Benneton... Igual que los dos mundiales de Alonso con Renault...

3. Alonso es agresivo: de 183 carreras, Alonso ha terminado 151. Los 32 abandonos han sido la mayoría por problemas de motor (aquella tuerca que no le apretaron como debían y fallos varios), por accidentes en los que se ha visto involucrado (no provocados por él, recordad Mónaco 2004 y el accidente que provocó Ralf Schumacher en el túnel...) y 1 sola vez por una salida de pista (en 2001 con Minardi, su primer año). En total, 9 abandonos con Minardi, 19 con Renault, 1 con McLaren y 3 con Ferrari.



Pues muy propenso a tener accidentes no parece que sea, y menos aún a provocarlos él. Por cierto, Schumacher fue descalificado en 1997 debido a su "magistral" maniobra en el último Gran Premio de ese año (disputado en Jerez), en el que partía con un solo punto de ventaja sobre Villeneuve, cuando decidió chocar intencionadamente con éste, viéndose obligados a abandonar ambos la carrera. No solamente perdió el campeonato Schumacher, sino que la FIA apreció intencionalidad y le sancionó con la anulación de la totalidad de la puntuación obtenida aquella temporada...

Lo dicho, sigo sin salir de dudas en cuanto al significado de la frase hecha. Lo que sí tengo más claro es que si "nadie es profeta en su tierra" será porque, como todos sabemos, la envidia es el deporte nacional en España.

Ya se sabe, "si la envidia fuera tiña,...". Por seguir con el refranero, digo.

PS: Por cierto, más de 1.000 visitas ya... Algo falla, no puede ser. Pero si es, gracias!! El próximo paso, conseguir vuestra interacción ;)